lunes, 7 de abril de 2014

"Noches de las que debería arrepentirme y no lo hago"

Bueno, en realidad si. En realidad si que me arrepiento y mucho.

Ahora a mi señora madre le ha dado por alquilar películas de la biblioteca y verlas en casa. Cholón de películas. La tele para ella sola. Monopolizada.

Pues de todo el cargamento filmográfico traído, una de las presentes era Pagafantas. Una película que pasará a los anales del cine sin pena ni gloria. Cosa que ni a ustedes ni a mi nos interesa lo más mínimo.




El tema versa distinto. Acabada la película, mi señora madre, pelirroja ella y guerrillera de la rioja alavesa decidió buscar un poco de gresca.

-Hijo, tú eres un pagafantas de esos, ¿no?
-Me voy madre, que he quedao.

Pero no había quedao. Salí a dar una vuelta de esas de meditación. Normalmente meditación sería volver al hogar como Las grecas, pero no. No ese día.

Meditar es muy sencillo. Solo hay que focalizar la parte frontal del cerebro en una tarea mundana, sumamente mecánica, que no requiera ningún tipo de atención ni pensamiento profundo, vaciar la mente y dejar que los pensamientos fluyan. Puedes andar, afilar los cuchillos, desarmar el ordenador, fumar, beber...




El caso es que empecé a darle al cacumen y, para mi sorpresa y, seguro que la de más de uno, resulta que no. Que nunca he sido un pagafantas. Eso es de las películas. No tengo tiempo para andar con chiquitas.

Toreas bien pero no rematas.

El dulce cu dice que soy un perdonapolvos. Joder, esos sí que tienen razón. Pero toda la razón del mundo. Empezamos a analizar historial... y da para llorar.

De esto que te decides a hacer memoria. Agresión frontal brutal de la madre que me parió, acusaciones formales de ser un poco manso por parte de mis compañeros, fans locas y acosadoras por doquier... Algo pasa... Algo cuadra.

Posiblemente no recuerde todos los indultos conseguidos, son muchos y seguramente alguno aún a día de hoy no lo haya visto.



Porque claro, es que eso de las señales no lo entiendo yo muy bien. Si vas con rodeos y por las ramas pues pasa lo que pasa, no me entero y a casa con un calentón del demonio y ciego como un cíclope tuerto.

Ahora viene lo complicado. Hacer una cronología de las más importantes en la que cada una se identifique a si misma pero con dudas de poder ser otra y que nadie más pueda identificar a nadie. Todo un desafío.

Corría el año 2006, la estética bakala estaba dando su últimos coletazos. Algunas aún se resistían a abandonar aquellos pantalones de lycra de colores poco agraciados. A nosotros nos encantaba. Las NB empezaban a verse más. Viajes al extranjero. Viajes al extranjero en los que bebías a raudales. Aquella chica de tu clase con la que llevabas todo el curso al lado. Con la que te llevabas muy bien de hecho. Hablabas a diario casi, pero no veías nada. Aunque no te hubiera importado. ¿Te crees que el viaje de vuelta por la noche romana hasta su hotel no era nada? ¿Te crees que ese puedes quedarte aquí a dormir no significaba algo más que un simple dormir?



Llegaba el 2008 con sus estrafalarias ideas y descabelladas aventuras. La moda de beber a lo loco nos dio a todos una razón para vivir. Cuatro meses, tres días por semana cinco horas al día. Tiempo intenso. El roce hace el cariño. Y lo hubo. La pobre chica, sola y desvalida, colada por tus huesos, que hasta llego a decir que te quiero. Todo empezó a ir muy rápido. Llegó el miedo. Se dejó pasar, se dejó pasar... Nunca más se supo. Y ahora anda haciendo el leprechaun y yo aquí doliéndome del tiempo perdido.

De nuevo en el 2008, un lugar de La Mancha de cuyo nombre no puedo acordarme, un número de copas demasiado alto incluso para Ernesto de Hannover, unos besos tontos. ¿Y luego? Y luego a dormir, pues claro. Con un par. Y quedabas a desayunar con ella 3 días por semana. Y todo para nada, caramelos.

Y entonces sin que nadie se diera cuenta y sin hacer mucho ruido, aparece el 2009, por supuesto con más ejecuciones perdonadas. Todo era normal, casi hasta distante hasta que apareció en tu cama. Y tú solo querías dormir. Porque cuando se está cansado y se tiene sueño es lo que se hace en la cama. Dormir. O dar vueltas. En este caso lo que tocó fue dormir. En tus planes no había más opciones.

Y así fue como se abrió la trilogía de las camas usufructuadas.

El 2010 se presentó educadamente pero fue un año bastante feo en general. Feo y frío. Y como somos unos sibaritas y estamos pa tirar la fruta pues nos vamos de cañas, la llevamos a casa a cenar y cuando dice que si puede dormir en tu casa, ni corto ni perezoso, con la alegría de vivir dominando en tus ojos vas y dices que si. Que se quede en tu cama pero que tú te vas de parranda. Y así fue que al volver la cama estaba ocupada y te hiciste tu huequito bien acurrucado.



O también que te diga que duermas con ella, que tiene frío. EN AGOSTO. EN AGOSTO EN MADRID. Días tontos y tontos todos los días.

Soy como Ronaldo cuando está depre. Juego bien, juego bien sin saberlo. Pero me falta gol. Porque eso si, como quiera ponerme a jugar, la que puedo liar es estupenda. Estupendamente desastrosa.

Y el 2012 vino abrazado al balonmano. Y con la despedida de mi principal fuga de energía y cordura. Ponte en mi lugar. Te ves en La Alcarria. Una resaca de mil demonios. Un frío que mataba pingüinos. Te intentan sacar de la cama. Se acurruca como una gatita. Ronronea incluso. Coge tu brazo muerto y lo pone en torno a su torso. Entre que no se veía bien, que no querías ver y que no tenías ojos para ella... se mojó la pólvora. Y hasta ahora intentando encenderla.

Pues ya nos vemos en la temporada 13/14 y habrá quién piense que las lecciones se habrán aprendido y que los mismos errores no se repetirán. Pues como decía mi abuela, el que tonto va a la guerra, tonto vuelve de ella. Y claro, te ponen a bailar, te dicen cositas, estaba todo hecho. Todo cerrado y preparado. Solo había que decir dos tonterías, pagar un par de fantas o diecisiete chupitos y sellar la fusión. ¿Y qué pasó?



PUES QUE ME COMIÓ LA LENGUA EL GATO.

Y aún se escucha el eco de las risas por las calles.

¿Y que de cuál me arrepiento? Pues de todas un poco oye. Pero de la última la que más, que era perfecta.

Va ser eso que dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Es que se le va cogiendo cariño...




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