jueves, 2 de enero de 2014

Si...

Ahora que empieza, ya es el primer día del nuevo año y la gente hace examen de conciencia, inventario de errores y propósito de enmienda...todas esas cosas fantásticas que todo el mundo va a hacer y que luego nunca hace...Vamos a seguir fumando, vamos a seguir bebiendo, dejaremos todo para el último momento y seguiremos tropezando con la misma golfa piedra una y otra vez.

No pasa nada, seamos hombres de una vez. Asuma usted la verdad cuanto antes, solo así no herirá a los demás ni se herirá a si mismo.

Hay que dejar de mantener los engaños autoinducidos. ¿Hasta cuándo seguir con la farsa? ¿Febrero? ¿Marzo es ya buen mes para dejar de hace el tonto? Tenga en cuenta que luego se avecinan rápido los meses de pereza...y hay que pensar en otras cosas. 

¿Hasta cuándo van ustedes a dejar que el águila coma sus hígados creyéndose sacrificados como Prometeo?




Mi meta para el nuevo año es clara. Ciclos se abren, ciclos se cierran. Hay que seguir siendo un hombre. Un buen hombre. Un gran hombre.

Los hombres beben café. Con hielo, con leche o cortado. No hay más tipos de café. Lo mires por donde lo mires. Y más allá del café... Un hombre bebe cerveza y ginebra o whisky. Siempre se acaba llegando a ello. Es la culminación del hombre. Una vez llegas a esas bebidas definitivas, cuando los destilados son dominados, entonces llega el principio.

Los hombres no bailan. Como mucho se contonean un poco, y digo poco, al son de la música. Ni sobrios, ni ebrios, ni en el festival de navidad, ni en nochevieja, ni en año nuevo. Nunca. Solamente se permite bailar en bodas. Con una mujer. Lento, despacito. Pasional.

¿A quién le gustan los disfraces? A mí no me gustan los disfraces. No me gusta disfrazarme. Es algo que lo más profundo de mi ser intenta evitar a toda costa. Pero desde siempre. El único disfraz que siempre me ha gustado y he admirado fue cuando en la más tierna infancia mi señora madre siempre me disfrazaba de demonio.




Quizá ese disfraz de demonio fuese algo premonitorio. Ella siempre fue un poco bruja...Una pena que creciera y el disfraz ya no me entre ni en un brazo. Era un disfraz espectacular a la par que apañao. Tridente, barba de chivo, carmesí. El carmesí que siempre me ha enamorado. Fluyendo por mis venas desde el albor de los tiempos.

Sinceramente no entiendo a esa gente que se disfraza ante la mínima oportunidad que tiene. No entiendo el porqué querer ser otro alguien. Un auténtico hombre está en sintonía consigo mismo. No quiere ser nadie más. Quiere ser él.

Siempre he sido una persona muy del norte. La procesión por dentro. Donde nadie la pueda ver. Solo quien esté dentro de ti. Eso de mostrar los sentimientos a las bravas nunca ha ido conmigo. Siempre me he arrepentido cuando lo he hecho. La pasión, la fuerza, la entrega, esas cosas tan bonitas que la gente tanto valora, pierden todo el sentido cuando se tornan públicas. Son el tipo de cosas que se han de demostrar en la intimidad.

Por que no hay que tenerle miedo a la soledad. No confíen en la gente que necesita constantemente a alguien para vivir. Esa gente no es de fiar. Nunca lo ha sido y nunca lo será. La soledad no es algo malo. Te ayuda a conocerte y si te conoces te ahorrarás muchos fracasos.



La gente no valora la soledad. La necesidad de la incomunicación. La necesidad de estar el tiempo que sea necesario al margen de la sociedad. Un apátrida de las relaciones. Entregarse en cuerpo y alma a uno mismo. Y cuando ya se está listo, volver a volver a volver. Salga usted a hablar con la gente, socialícese. Pero no olvide qué le hace ser lo que es.

La soledad ayuda a entender muchas perspectivas, eso que la gente llama empatía. Being in his shoes. Por eso puedes llegar a comprender sus actos. Una vez. Solo hay que perdonar una vez. No perdonar a la persona que lo necesita dos veces. Porque lo necesitará una tercera, posiblemente una cuarta, una quinta y todas las subsiguientes opciones a engaño que le sean concedidas. Aprendan esa lección. No es una lección fácil, pero desde luego que a partir del momento en el que se aprende a prescindir de estas personas sin dolor y dificultad, se empieza a vivir y a disfrutar.



Pero una cosa es aguantar el engaño y la mentira y otra distinta no ser capaz de sostenerse ante los envites del vivir. Los golpes son necesarios. No existe la vida fácil. La vida fácil es aburrida. No entretiene, no lleva a nada. Los golpes y el dolor curten el espíritu y el carácter. Un espíritu curtido y un carácter forjado llevan más lejos que cualquier coche de último modelo.

Seguro que más de una vez viene a la mente aquello de que al hombre se le conquista por el estómago. Bien cierto es. Pero hay que saber cocinar. No siempre se puede estar pendiente de que madre te haga la comida. Cuando se aprende a cocinar se cocina lo que uno quiere y cuando uno quiere. La vida mejor. Salvo por la noche. Entonces se cocina lo que se puede y comienza el período creativo. Se puede liar bastante brava. Ojocuidao.




La gente habla mucho. La gente que habla mucho no me gusta. Y en la vida de todo hombre aparece siempre más de una persona que habla mucho. Mucho y muy rápido. La mente se embota, los oídos se bloquean y entonces es el momento de ir a mi planeta. Hay que escuchar con atención. Hay que hablar menos de lo que se escuche. Hablar es una pérdida de tiempo. Es mejor leer y escribir. Pero eso la gente no lo sabe...



If—


If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you;

If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too;

If you can wait and not be tired by waiting,
Or, being lied about, don't deal in lies,
Or, being hated, don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise;

If you can dream—and not make dreams your master;
If you can think—and not make thoughts your aim;
If you can meet with triumph and disaster
And treat those two imposters just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to broken,
And stoop and build 'em up with wornout tools;

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breathe a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: "Hold on";

If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with kings—nor lose the common touch;
If neither foes nor loving friends can hurt you;
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run

Yours is the Earth and everything that's in it,

And—which is more—you'll be a Man my son!

If, Rudyard Kipling

2 comentarios:

  1. Guau mikhail pinche que bueno escribiste, vos sos como la marihuana que juega poco y mucho gana no se. Mis bendisiones le doy mi paz te dejo mi paz te doy

    Un fuelte saludo compadre

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    1. Muchas gracias por tu comentario, un honor ser de tu gusto.

      Un saludo enorme y a disfrutar!!

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