jueves, 19 de septiembre de 2013

Rebelde sin pausa

Los últimos días del verano. Los últimos coletazos del calor. Los últimos pantaloncitos de enseñar medio cachete, de poder beber cerveza en manga corta hasta que plazca....

Con septiembre llegan las pretemporadas, las clases, la rutina. El fin del verano. Tienes que volver del pueblo para comprar todos los bártulos del nuevo curso y esas cositas...un coñazo.

Las agujetas se tornan brutales, sientes cada músculo de tu cuerpo en llamas permanentes durante un mes. Terrible. Terrible.

Fue en uno de esos veranos en el pueblo cuando la vi por primera vez. No la ubicaba sin su grupo, pero aquel clip a finales del verano lo cambió todo. Gorilas en la niebla. Aquel también fue un buen verano, no estuvo nada nada mal.


El caso es que tiene algo que lo hace especial. Ese puntillo de nostalgia...esas cositas.

Pues mañana vuelvo al pueblo, family affaires, a ver que nos depara el destino.

Al final del verano también está mi cumpleaños y como soy así y lo parto siempre, pues desaparezco de mi propia fiesta. Para aumentar la leyenda. Pero no sin antes montar un poco de numerito, claro está. Así se forjan las leyendas.

-Mikel...
-¿Qué?
-Te quiero.

Septiembre mola. Es un mes para mandar a la gente al fresco. Yo suelo hacerlo, la verdad. Y mola. Te libras de todo eso que te da taaaaaanta pereza y que aguantas y aguantas para no mandar al fresco, y al final, lo mandas al fresco. Pohclaro. ¡Como debe ser!

Aunque también es un mes dangerous. Las hay que se les va la olla y te mandan sus tetografías así sin más, o sus chuminografías. Vuelven los vídeos terribles que te mandan por el buasap. (El último que me ha llegado es de unas que se dedican a graparse...)



El otro día me dijeron que encontrar pareja en septiembre es una pereza. Estoy de acuerdo. En septiembre mandas a pastar, te dueles por el fin del verano, por la vuelta inminente del frío y esas cosas.

Pero septiembre mola. Porque como es el fin del verano, pues el fb empieza a colapsarse con fotos de la playa y tal y esas cosas. Y bueno. Stalking. Ya sabes. El pan de cada día.

Lo peor de todo, o quizá incluso lo mejor, es que en septiembre han vuelto los tequierodio. Bah.


Ay dios mío, lo que tiene uno que aguantar. Menos mal que siempre queda el balonmano, sus golpes, los bonitos recuerdos de los amores de verano, el venir quemao como un guiri del fin de semana y la cerveza. Mucha cerveza.


PD: Me retiro de las apuestas hasta octubre. Y he aprendido a usar el paint pal movil. Temblad.

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