martes, 16 de julio de 2013

Till dawn

Siempre he sido muy de camisetas. Más cómodas de poner y de quitar, más sport

Arreglado pero informal. Es decir, con chándal y zapatos.

Tengo camisetas a cholón. Y mucha gente me ha traído camisetas de sus viajes. La que recuerdo con más cariño es una que hace mucho que no me pongo. Pero no porque no quiera, si no porque no puedo.

La camiseta en cuestión vino desde Guatemala. Es de Cerveza Gallo, en un gualda bastante bonito, la verdad. Pero el caso es que es una talla S. Y claro, yo una talla S me la puedo poner...ahí, eso. Bien es cierto que cuanto me la trajeron pesaba 15 kilos menos, y entonces no se me salía la barriga por debajo, pero igualmente me iba bastante corta y justa de espalda.

Y desde entonces siempre digo que si alguien me trae una camiseta de sus viajes, que sea una L. Así, con toa la cara del mundo.

Y otras muchas han venido. Una de Berlín talla L, bien, una de México talla L, bien, una de Oxford, talla M, regular, Italia, Benidorm, cuquizadas de Soria...

Pero todo es pasado. Pasado como cuando compré mi primer paquete de cigars. 20 Lucky's por 300 pelas. Eran otros tiempos. Más adelante las 300 pelas se convirtieron en 1'8 lulus, y así hasta el último paquete que compré, el miércoles. A 4'6 chuchos. Demasiè. 

España, la UE y la crisis han conseguido lo imposible. Que deje de fumar. Y claro, como además tengo cuentas pendientes con el Estado, he tenido que buscar trabajo. Unido a que ayer tuve que comprar un teclado para el ordenador y en lugar de elegir precio elegí calidad y, además, he pasado, motu propio toda la tarde recogiendo La leonera.... Me han dicho que estoy madurando. Es posible. Quizá. Quién sabe. Torres más altas han caído.

Ahora ya no llevo tantas camisetas. De hecho, llevo ya 3 semanas que prácticamente solo llevo camisas y muy bonitas, por cierto.


Los tiempos cambian. La Leonera no.

Ya llevaba unos días dando guerra y en rebelión, pero ayer fue la irreverencia definitiva. El teclado integrado en el portátil decidió que la A y la S son letras que no se usan mucho y que por eso iban a dejar de funcionar. Y así fue.

Desintegré el teclado del portátil. Lo abrí, revisé pieza a pieza, tecla a tecla. Circuito a circuito. Todo parecía correcto tras la revisión y limpieza. Al conectarlo de nuevo todo iba bien durante un tiempo. Luego ya volvía todo a ser como antes.

No se puede funcionar sin teclado, y un portátil con teclado externo ya no es tan portátil. Compré uno por ebay. 13'99 cholis. Hoy me ha llegado la paga extra, 14'66 lereles. Fastuoso. Soy millonario.

Ahora ya ha empezado la media jornada, y lo primero que hago según llego a casa es quitarme los pantalones y la camisa, lo dejo tirado por ahí por donde sea, ya lo recogeré luego.

La media jornada lleva consigo el peor de los círculos viciosos. Llego cansado, por tanto me echo la siesta, como hace calor se me va de las manos y duermo 4 horas. Entonces, como he dormido una siesta fuerte, por la noche no duermo. Al día siguiente en la oficina tengo sueño y, al llegar a casa, me echo la siesta, entonces se me va de las manos, y así.

Bueno, que se le va a hacer, quizá no esté madurando tanto como dicen. Menos mal.


Ayer tras "arreglar" el teclado hice una prueba con muchas S's:

La soledad es asunto serio. Nada sacia como la serenidad de la sirena con lengua de serpiente. Sola consigo siente que sabe que el sudor tiene recompensa. Será la reina de los saraos. Sosa cuando sepa salir de los apuros más subidos. Seriamente sincera, siempre con los otros ajenos a su semilla sembrada en el suelo que sutilmente separó para sus propósitos más oscuros. 

Aquellos que nunca supo solventar para esquivar los dolores. Sensible ante la primera solana y la fría agua salina. Salían sus preciosas piernas del mar bañadas en las frías aguas saladas. Sobrecogida, se sabía querida. Será la más especial de todas las sirenas. Más que las de los policías. 

Más que las de las leyendas griegas. Ya no serán más las noches como aquellas en las que solía saber que la falsedad sería suave y solitaria, pero constante. Todas las noches se engaña contándose cuentos perfectos. Las hadas no existen. Solo existen las sirenas de las calles. Solo se siente la presión ante la su supresión.

Es que con este calor la fokin cabeza no me funciona bien y me salen estas cosas.

En mi defensa he de decir que en inglés o francés, sirena es mucho más bonito de decir y de escuchar.

Es como me ha dado un vuelco el corazón. O como criando malvas. The beat that my heart skipped mola mucho más. Y pushing daisies mola aún más.


Ya sabéis. Talla L.

1 comentario:

  1. Ponle a recitar ese experimento tuyo de las eses a Rajoy y mátalo por deshidratación

    ResponderEliminar