lunes, 30 de mayo de 2016

Dudar es más que perder

Allá por la ESO, tuve una profesora que afirmaba que la historia es cíclica. Las situaciones se vuelven a repetir, quizá con distintos escenarios y actores, pero los mismos patrones. Las mismas aberraciones. Los mismos aciertos.



Reafirmaba su teoría aseverando que el hombre aprende de los errores y de los triunfos, pero que la memoria no alcanza y siempre  acaba llegando el volver a volver a volver.

Y no sé si seré yo, si será la astenia, el clima, la presión de la operación bikini o si será que ella se aburre, pero ahora que puedes revisitar el pasado con facebook, él se encarga de recordármelo.

Eras más jóven, no te importaba estar desquiciado. Daba igual ser un loco inaguantable, se compensaba todo con juventud, pasión y fuego. Te creías el mejor. Te sabías el mejor. Pero claro, cuando tienes un martillo, ves todos los problemas como un clavo. 



Otro choque más y se arregla - Era el pensamiento diario ante cada situación de no automática resolución. Una y otra vez, una y otra vez. Volver a volver a volver. 

Ni tú podías contigo, pero de eso no te has dado cuenta hasta ahora. No eran esos días típicos en los que no te aguantas ni a ti. Fueron esos años en los que todo era guerra. Guerra sin cuartel.

Pero tranquila, de todo se sale. Hasta sin querer.

Y así, sin avisar, sin saber cuándo, sin tener constancia de que te echaran algo en la copa, sin recordar cómo ocurrió. En toda la boca. Te dice que has madurado. Pero que no lo suficiente.

Madurado. Venga coño. Madurar. Eso es envejecer. No me jodas coño.



Pero no solo te lo dice ella. Te lo dice la gente. Has cambiado.

Y 10 años después, ves que tampoco ha sido para tanto. Nos conservamos bien. No pasa nada. Aunque se comente que ya tienes hijas, tranquilo. Todo está en orden aunque ahora los niños te digan "Señor, la bola, por favor" cuando se les escapa y pasas cerca. Mi pelo sigue en su sitio. No problem.

Según fb época de las mismas canciones, de las mismas frases, es época de volver a volver a volver. Pero el año pasado fue el último. Época de lo mismo una vez más, aunque esta ha sido diferente.

Ahora el círculo se ha cerrado.

Y la última vez que vi a esa profesora, estaba sentada en un parque llorándole a una lata de cerveza.



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